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Glosario



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Labasa

Nombre de una hierba identificada como Rumex pulcher.

Ladera

Nada de diferencial tiene el término Ladera en la toponimia canaria respecto del español general, pero sí es peculiar el gran número de topónimos por él identificados, como consecuencia de la peculiar geografía de los suelos isleños, e incluso el número de topónimos con el término en plural y con el aumentativo Laderón para nombrar las laderas muy pronunciadas.

Laja

El término laja designa en Canarias a cualquier piedra que sea plana, lisa y delgada y por extensión a todo tipo de suelos de esas características. Por eso ha desarrollado una larga serie de derivados en la toponimia de las Islas: Lajita, Lajón, Lajero, Lajío y otros, con sus plurales correspondientes, incluso un Andén de Madrelajas en Gran Canaria para remarcar la abundancia máxima. También ha servido este término para nombrar poblaciones, como La Laja en la parte alta del Barranco de San Sebastián de La Gomera, La Lajita en el municipio majorero de Pájara, y Las Lajitas en el de Santa Cruz de La Palma.

Lajial

El nombre es el colectivo de laja, sin embargo su referencia se extiende también a los lugares cubiertos de lava de superficie más o menos lisa y uniforme.

Lama

Tiene el signi­ficado básico de 'barri­zal' o ‘fango’ y es voz procedente del portugués.

Lamosa

A diferencia de los términos anteriores, este que aparece solo en la toponimia de El Hierro es un metafórico para referirse a una zona rocosa de costa muy batida por las olas, siendo entonces un derivado de lamer.

Lance

Este término tiene en la toponimia canaria una referencia oronímica relacionada con un hecho histórico: la mayoría de los lugares llamados El Lance son aque­llos por los que se tiraba la madera de los montes para ser recogida al pie de la montaña.

Laurel

Estos dos nombres, como variantes y según las islas, designa al Laurus azorica, árbol endémico macaronésico propio de la laurisilva canaria. Y hasta puede decirse que esta especie es la que da nombre a todo el complejo de esa flora, que vendría a ser, literalmente: “selva de laureles”.

Laurisilva

El término es culto, etimológicamente es ‘selva de laureles’, equivalente a monteverde, la formación vegetal específica de la región macaronésica y de las zonas húmedas de las medianías de las Islas de mayor altura.

Lava

Hasta 14 tipos de lava distingue Viera y Clavi­jo en Canarias de “aque­llas materias fundidas y como vitrifi­cadas por el fuego de los volcanes”. Pero llama la atención que en la toponimia de Canarias, estando formados sus suelos, mayoritariamente, por las lavas, no aparezca el término lava en ella, salvo casos muy aislados y anecdóticos. Y eso es porque lava es un neologismo en la terminología toponomástica de Canarias, pudiéndose asegurar que los topónimos que lo contienen son de creación moderna. Por el contrario, para los terrenos de lava la toponimia canaria prefiere términos como malpaís, quema­dos, lajiar, breña y otros.

Lavadero

Nada tiene este término de particular en las hablas populares canarias, pero sí llama la atención la cantidad de Lavaderos que aparecen en su toponimia, y eso es porque esos lavaderos colectivos que existían antiguamente en los pueblos sirvieron de punto referencial geográfico.

Lechuga

Nada tienen que ver los topónimos que llevan estos nombres con la lechuga común, sino con el endemismo canario Sonchus acaulis, aunque en el lenguaje popular se ha transferido el nombre por la similitud morfológica que hay entre las dos especies.

Leñabuena

Arbusto endémico de Canarias, propio de los terrenos identificados como tabaibal-cardonal (Neochamaelea pulverulenta).

Lentisco

Es un arbusto o un árbol pequeño propio del bosque termófilo (Pistacia lentiscus); es particu­larmente abundante en Gran Canaria respecto al resto del Archipiélago. Y una población hay en la isla, perteneciente al municipio de Santa Brígida, que se llama Monte Lentiscal que recuerda lo que en su tiempo el lugar fue: un monte de lentiscos.

Letime

El término letime es plenamente funcional en el habla popular de El Hierro con el significado de borde superior de un risco, y de ello da cuenta su toponimia particular. Es equivalente a Time y Etime que se conserva en la toponimia de otras islas.

Letreros

Con este nombre se conoce popularmente algunos lugares en los que hay grabados rupestres guanches, al menos los herreños de La Candia y del Julan y los grancanarios del Barranco de Balos. El topónimo del Julan tiene también la variante Los Números.

Liso

En la toponimia de las Islas, El Liso o Los Lisos se aplica, sobre todo, a determina­dos lugares del cauce de un barranco, de un caidero, de un risco vertical, de un veril, etc., en que apare­ce la piedra viva alisada y limpia por el agua y por efecto de la erosión. Tiene un senti­do metafórico, sustan­tiva­do el término a partir del adjetivo normativo liso, con el valor de 'superficie que no presenta asperezas o arrugas'.

Listán

Clase de uva, la más abundante y representativa de los vinos canarios. Como topónimo aparece solo en La Palma.

Llano

Nada tiene de particular este término en las hablas populares de Canarias respecto al significado general del español, pero sí lo tiene su recurrencia extraordinaria en la toponimia, por contraste con la geografía de las Islas en donde apenas si hay extensiones que puedan considerarse verdaderamente llanas: más de mil Llanos se pueden contabilizar en la toponimia general de Canarias. Por tanto esos llanos deben considerarse muy relativos en la extensión, y por contraste con lo que generalmente es quebrado. De ahí la abundancia de diminutivos: Llanito, Llanillo, Llanete e incluso los que morfológicamente no aparentan serlo: Llanada y Llanía. De entre las muchas poblaciones que en Canarias llevan alguno de estos nombres dos hay en La Palma que representan muy bien estas condiciones que señalamos como contraste: Los Llanos de Aridane y Puntallana.

Lobos

Lobos se llama el islote que hay entre el sur de Lanzarote y el norte de Fuerteventura, perteneciente al municipio de La Oliva, pero además hay otro topónimo con su nombre: una montaña del islote de Alegranza. Los dos están motivados por la presencia de los “lobos marinos”, las focas monjes (Monachus monachus), que fueron objeto de una caza intensiva en la antigüedad hasta esquilmarlas totalmente.

Lomo

Lomo es, con mucho, el término más repetido en la toponimia de Canarias, y eso es reflejo de la geografía de las Islas. Se llama Lomo a una elevación no puntual, sino longitudinal y prolongada, con altura descendente y con la cima redondeada; es el interfluvio de los barrancos. Son múltiples las derivaciones que tiene el término en la toponimia, abundando sobre todo los diminutivos, pero menos los términos femeninos Loma y Lomada. Y con una curiosidad toponomástica: cuando el lomo es de cresta afilada se llama Cuchillo, especialmente abundante en la toponimia de Fuerteventura. Tan abundante término no podía dejar de ser también el nombre de muchas poblaciones, grandes y chicas, y en todas las islas, salvo en Fuerteventura y El Hierro.

Longuera

Al signifi­cado que da el DRAE a longuera de 'porción de tierra, larga y angos­ta', hay que añadirle en el uso toponími­co de Cana­rias el rasgo semántico 'dedicado al culti­vo'. El término es un claro arcaísmo, fosilizado en la toponi­mia, pero perdido del habla común. Nombres de varias localidades dan cuenta de la antigüedad de este término en Canarias: La Longuera y Las Longueras en los municipios tinerfeños respectivos de Los Realejos y La Guancha, y San José de las Longueras en el grancanario de Telde.

Lugar

En la toponimia canaria reciben estos términos las que son pequeñas poblaciones y que aparecen muy aisladas. Por ejemplo, en Lanzarote dos barrios de Tías se llaman Lugar de Abajo y Lugar de Arriba, y Lugarejos es uno de los poblados más apartados y recónditos de Gran Canaria, perteneciente al municipio de Artenara.